Qué es el efecto Zeigarnik y cómo impacta de manera directa todo aquello que pretendes alcanzar
Carpe Diem: Tips, hábitos y mindsets que te ayudarán a lograr más y a vivir una vida más plena, cuando cuentas con menos tiempo.
💬 Esta semana aprendí que la calidez de un hogar proviene de las sonrisas inesperadas y de los momentos espontáneos.
🤔 Hoy me pregunto por qué creemos que hay tiempo para todo, y al mismo tiempo, decidimos desperdiciar gran parte de él.
🎧 Canción de la semana: Hay una luz dentro de ti, de Manuel Medrano.
¡Feliz lunes!
El efecto Zeigarnik es un fenómeno psicológico que, en pocas palabras, hace referencia a que las personas tienden a recordar mejor las tareas incompletas o interrumpidas que las completadas. Surgió en la década de 1920 - recibiendo su nombre de la psicóloga rusa que lo descubrió por primera vez - no obstante, sus implicaciones aun pueden verse en el mundo moderno, y si conoces en qué consiste, entonces puedes emplearlo a tu favor.
Debo confesar que mi memoria es un completo desastre. Puedo olvidar con facilidad conversaciones que he tenido, acciones que haya llevado a cabo y cualquier otra cosa con más de dos días de que hayan ocurrido (a veces incluso menos). Estoy seguro de que Benji, mi Golden Retriever, cuenta con más probabilidades de recordar que debe levantar la pata cuando mi esposa le estira la mano, que las que tengo yo de saber qué comí de desayuno en la mañana de hoy. Es así y puedo aceptarlo con la cabeza en alto (no sin el fastidio de mi esposa). La cuestión ha llegado a tal punto que no puedo empezar a enumerar las ocasiones en las que segundos después de bajarme del auto, mientras aun me encuentro a escasos metros de él, no puedo recordar si apagué las luces o no. Entonces me devuelvo, lo desbloqueo y me cercioro de que, en efecto, el interruptor se encuentra en la posición en la que debe estar (y sí, sé que puedo verificar que las luces están encendidas a cierta distancia, pero es que olvidé mencionar además que a veces soy un poco obsesivo con una que otra cosa).
De hecho, debido a mi memoria (o carencia total de ella), es que nueve años de relación después y mi esposa y yo aun no nos hemos puesto de acuerdo en qué día nos dimos nuestro primer beso (yo estoy seguro de que tengo la razón, pero esa ya sería otra historia).
Sin embargo, no para absolutamente todo me pasa esto. Mi memoria se destaca en lo relacionado a tareas especificas, tareas en las que puedo enumerar hasta el más mínimo detalle. Podría decirte, por ejemplo, qué hace falta en un proyecto determinado, cuál fue la última respuesta que obtuve por correo acerca de un proceso que está pendiente, o cuáles son las tareas de gran importancia que debo realizar durante la siguiente semana.
Y es precisamente esto lo que me permite llegar a dos conclusiones principales:
Que mi memoria no está del todo ausente de mi cerebro.
Que puedo utilizar este hecho a mi favor.
Ese es el efecto Zeigarnik.
Seguramente has creado una lista de tareas en tu teléfono. ¿Te ha pasado que dejas una tarea en especifico sin completar día tras día, semana tras semana? A mí me pasa todo el tiempo. Y no es que no sepas que está pendiente (porque lo tienes presente), es que no pareces encontrar el tiempo oportuno para llevarla a cabo. No obstante, la idea de que tal vez debas llamar a esa persona, o enviar ese correo, o agendar esa reunión, no te dejará tranquilo hasta que decidas tomar acción al respecto.
Sí, pueda que presiones la opción de “recordar más tarde”, pero eso no quiere decir que tu cerebro no traiga de vuelta el hecho de que esa tarea está pendiente, y de que tarde o temprano, deberás hacer algo.
Es más, debido al efecto Zeigarnik, eres más propenso a pensar en esa llamada que aun no has realizado, que en las indicaciones que diste en la reunión de la mañana a tu equipo de trabajo.
Y no sé si para ti ocurra lo mismo, pero existe un aspecto de intranquilidad que surge cuando sé que tengo que hacer algo y no lo he hecho.
Sencillamente, no es como deseo que transcurran mis días.
El efecto Zeigarnik es relevante en el momento en el que decidimos actuar frente a lo que está pendiente. Debería convertirse en una invitación que nos ayude a completar las tareas que hayamos dispuesto, y gracias a ese movimiento continuo e ininterrumpido, hallar la motivación que necesitamos para continuar. Sí, también puedes escoger aplazar indefinidamente cualquier cosa que se te atraviese, pero ¿es así como deseas llevar tu vida? ¿Crees que esa es la manera correcta de acercarte a tus sueños?
“Si quieres que un trabajo fácil parezca increíblemente difícil, continúa postergándolo”.
Richard Miller.
Lo que he aprendido es que sólo existen dos formas de usar el efecto Zeigarnik a nuestro favor:
Si es una tarea relativamente sencilla, actúa en los próximos cinco minutos.
Si es una tarea o un proyecto más grande (que involucre pasos adicionales), divídelo en tareas más pequeñas que te permitan actuar rápidamente y sin tanto protocolo.
Al final del día, la decisión está en tus manos - me refiero a la decisión de actuar. No vas a poder controlar lo que suceda después, y en realidad tampoco debería importarte. La magia de tomar acción y de tachar tareas pendientes radica en la motivación que se genera en nosotros y en el impulso de seguir dando pasos en esa misma dirección.
Es esta mentalidad de actuar la que te abrirá puertas, porque nunca sabes qué acción conllevará a otra que terminará por ubicarte en el tiempo y espacio justo, en el instante que has venido esperando desde hace un buen rato.
Así que ten presente lo siguiente: recordar los detalles de lo que aun no realizas sólo sirve para tomar acción frente a ello. Posponerlo todavía más te obligará a permanecer en el mismo lugar.
Fuentes:
https://trabajarporelmundo.org/efecto-zeigarnik/?utm_source=perplexity
✌🏻 Antes de que te vayas…
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