Nuestro peor miedo no debería ser a morir, sino a nunca realmente vivir
Carpe Diem: Tips, hábitos y mindsets que te ayudarán a lograr más y a vivir una vida más plena, cuando cuentas con menos tiempo.
💬 Esta semana aprendí que la tranquilidad y la paz no son sinónimos de ausencia de problemas, sino de la mentalidad adecuada para afrontarlos.
🤔 Hoy me pregunto por qué dudamos tanto de que podemos alcanzar lo que nos proponemos.
🎧 Canción de la semana: On Melancholy Hill, de Gorillaz.
¡Feliz lunes!
Esta semana he estado reflexionando mucho acerca de las decisiones que he tomado en varios puntos de mi vida. Particularmente en aquellas que me han permitido vivir experiencias que, incluso hasta el día de hoy, recuerdo con afecto. Decisiones como los viajes que he realizado con mis mejores amigos en los momentos más “inadecuados”; decisiones como colocar ciertos aspectos de mi mismo primero, de manera que tuviera la disposición y el tiempo para corregirlos; decisiones también que tienen que ver con esos instantes en los que he dicho no.
La vida, en esencia, se trata de eso: de ese rubro de decisiones que terminan conformando el carácter con el que afrontamos lo que se viene.
Y entonces, el día a día termina transcurriendo en un equilibrio (a veces desbalanceado) entre los sí y los no.
Por ejemplo…
Dije sí a pasar un fin de año en Punta Cana, a escribir sin importarme nada ni nadie, a exponerme a través de mis historias y de mis textos; dije sí a retos laborales, a oportunidades que no sabía que existían, a cometer errores que me gustaría haber evitado; dije sí a recomponer mi matrimonio a punto de deteriorarse y a poner todo de mí para acomodar las piezas de nuevo; dije sí a mudarme de ciudad dos veces, asumiendo los riesgos que ese movimiento implicaba, a acercarme mucho más a Dios; dije sí a afrontar un nuevo comienzo alejado de lo que más amaba, a aceptar mis errores y saber que hacían parte de la persona en la que me había convertido; dije sí a viajar a Belize, Orlando, Miami sin contar con la respuesta acerca de cómo iban a terminar siendo las cosas.
La verdad es que he dicho sí a demasiado… y eso ha provocado que hoy pueda sentirme vivo. Más que nunca.
Así mismo, dije no a permanecer envuelto en la soledad cuando peor llegué a sentirme; dije no a un momento especial con mis amigos más cercanos porque no quería dejar botado mi trabajo; dije no a permanecer cómodo invirtiendo mi tiempo en actividades que no me llenaban; dije no a la sensación de fracaso que surge cuando, de repente, todo por lo que has trabajado se viene al piso.
La verdad es que he dicho no a tantas otras cosas… y eso también provoca que hoy pueda sentirme vivo.
Sencillamente, no sería quien soy ahora a no ser por todo ese conjunto de decisiones tomadas.
Y si existe una lección que se ha quedado conmigo - y que seguramente siga estando allí hasta el día que me muera - es que las experiencias bonitas nacen cuando nos atrevemos a vivir.
No estoy queriendo decir con esto que ahora debemos lanzarnos a cualquier tipo de experiencia solo porque suene emocionante. Lo que quiero decir es que si sabes lo que quieres, entonces no te conviertas en tu principal obstáculo, y toma la decisión de perseguirlo.
“Lo que más debes hacer es precisamente aquello que crees que no puedes hacer”.
Eleanor Roosevelt.
¿Cuándo fue la última vez que te lanzaste a hacer algo porque sabías, desde tus entrañas, que eso era lo que más deseabas? ¿Cuándo fue la última ocasión en la que no dejaste que las excusas de tu cabeza determinaran el rumbo de tus acciones? ¿Cuándo fue que empezaste algo sin pretender saberlo todo antes de dar el primer paso?
Personalmente pienso que, en ocasiones, nos convertimos en los antagonistas de nuestra propia historia, no por otro motivo que nuestra total incapacidad para de verdad tomar acción frente a lo que anhela nuestro corazón. Fue Heráclito quien afirmó (hace aproximadamente 2.500 años) lo siguiente: “día tras día, lo que eliges, lo que piensas y lo que haces, es en quien te conviertes”. ¿No es increíble acaso que una frase dicha hace tanto tiempo nos confronte de esta manera?
Conmigo lo hizo porque:
¿Prefería vivir sumergido en excusas o ver la posibilidad de cumplir mis sueños?
¿Prefería enfocarme en lo que me hacía falta o en lo que había tenido la bendición de disfrutar?
¿Prefería hablar de cuánto deseaba algo o asombrarme de lo que fui capaz de conseguir?
Como dije, la vida se trata de decisiones. Lo que nos cuesta entender es que somos nosotros los que las tomamos.
No los problemas.
No las circunstancias.
Y ciertamente no las dificultades.
Cuando comprendí que el único responsable porque las cosas sucedieran en mi vida era yo mismo, fue que vi surgir dentro de mí el hambre por ser esa persona capaz de alcanzarlas. Y este terminó siendo el punto de partida para decirle sía esas experiencias que sabía que necesitaba. De allí que hoy sea consciente de que lo que menos quiero es esperar para acercarme a mis metas.
“Si al final todos somos historias, haz que la tuya valga la pena leerla”.
Alejandro Ordóñez.
¿La muerte? Nos llegará a todos. No la podemos evitar.
Sin embargo, lo que sí está en tus manos es qué vas a recordar cuando te aproximes a ella.
Te comparto 4 preguntas que te ayudarán a tomar acción:
¿Qué cosas siempre has querido hacer, pero que de alguna manera has desarrollado alguna excusa para dejarla para después?
¿Cuál es la razón que más te repites acerca de por qué no das el primer paso?
¿De qué forma puedes minimizar los riesgos asociados a esa razón que describiste en el punto anterior? ¿Qué acciones puedes tomar para reducir considerablemente la posibilidad de que en efecto ocurran?
Si supieras que no es posible fallar, ¿qué te animarías a hacer con tal de ver realizado tu sueño?
✌🏻 Antes de que te vayas…
🎧 Te invito a escuchar mi podcast Escribiendo el Momento en Apple Podcasts, Spotify, o en donde sea que consigas tus podcasts 😎.
Este es el episodio más reciente: