No te enfoques en el resultado, sino en lo que haces cada día
Carpe Diem: Persigue lo que te apasiona (aun si no tienes tiempo para ello)
¡Feliz lunes!
Tengo 34 años y me he enfocado en mis metas de forma excesiva durante los últimos 5 o 6 años de mi vida. Me he obsesionado con alcanzar mis objetivos y mis sueños de manera que han influenciado significativamente las decisiones que he tomado. Y son estos sueños los que han moldeado la forma en la que veo mi vida de cara hacia el futuro.
En otras palabras, mi mirada se ha centrado casi que exclusivamente en el resultado, en todo aquello que podría llegar a ser realidad.
Pero existe un principal problema con el hecho de fijarse en el resultado, y es que menospreciamos lo que tenemos ahora.
Quizás no intencionalmente, pero lo hacemos.
Una y otra vez.
Viví entre 2018 y 2022 en Bogotá. Una ciudad a la que debo mucho de cómo soy hoy como persona y como profesional. No obstante, fue en Bogotá que empecé a sentirme agotado con mi trabajo y a desarrollar una inconformidad que vi llegar a límites que nunca sospeché podían alcanzar.
Recuerdo haber renunciado a un trabajo porque odiaba lo que hacía todos los días; recuerdo buscar distracciones que me alejaran del vacío que llevaba por dentro; recuerdo pasar noches enteras soñando cómo sería mi vida si tan sólo las circunstancias fueran diferentes. Recuerdo en particular un día en el que no pude contener las lágrimas y me desahogué con mi esposa. No sabía cómo iniciar el cambio, tan sólo estaba convencido de que necesitaba uno.
Y por estos días se me ocurrió, ¿a cuántos de nosotros nos ha sucedido lo mismo?
¿Sentirnos atrapados en una rutina desconociendo cómo hacerla diferente? ¿Levantarnos cada mañana, mirarnos en el espejo y desear que no tuviéramos que hacer lo que tenemos que hacer? ¿Haber pedido que las circunstancias que nos rodean fueran distintas, y aun así no notar ningún tipo de cambio en el día a día de las cosas?
Yo pasé por allí.
Yo me sentí de esa manera por demasiado tiempo.
Y por eso sé que lo único que nos permite dejar todo esto atrás es el convencimiento de que nuestra felicidad depende de lo que hacemos cada día, no de si alcanzamos el objetivo final.
De nuevo.
Puedes ser feliz aun si tus sueños no se hacen realidad.

¿Por qué?
Porque la satisfacción con tu vida no depende de si compras ese auto o esa casa, de si viajaste o no a esa ciudad maravillosa a la que siempre has querido ir, de si cuentas con x cantidad de dinero en el banco. Son cosas increíbles claro que sí (incluso yo mismo las deseo), pero ninguna está enmarcada en el presente.
Hay que darnos cuenta de que vivir pensando en el futuro hace que disfrutar del presente sea prácticamente una lucha constante.
Y nadie quiere vivir de esa manera.
En el libro Unf*ck Yourself de Gary Bishop, el autor afirma lo siguiente:
Nadie sabe qué esperar acerca del futuro, sin embargo cuentas con todas las posibilidades para vivir tu vida de manera que luego puedas decir, “nunca hubiera podido imaginarlo, pero fue, sin lugar a dudas, increíble”.
En el libro, Bishop plantea que la única manera para “desenredarnos la vida” es concentrándonos en el proceso que llevamos cada día, en las inmensas posibilidades que tenemos para en verdad estar inmersos en el presente, y en remover cualquier excusa que nos repitamos con el fin de justificar nuestra falta de acción. Y esto se convierte en una mirada en retrospectiva hacia todas las experiencias que vivimos y todas aquellas que pudimos haber vivido, de la siguiente manera:
¿Crees que tu situación actual ha resultado del peso de tus circunstancias actuales o tal vez de la conversación interna que mantienes contigo mismo en la que te atacas constantemente? Responder a esta pregunta es un paso en la dirección correcta, que no es otra que vivir una vida espectacular.
Esto es clave.
¿Cuántas veces te has enfrentado a ciertas situaciones y las emociones negativas que se generan frente a ella se deben más a los pensamientos que inundan tu mente que por las circunstancias en sí?
Dicho de otra manera, en muchas ocasiones el obstáculo para superar las dificultades no es el obstáculo en sí, sino lo que nos repetimos a nosotros mismos en la cabeza. Bishop afirma que “si crees firmemente en que haciendo declaraciones positivas acerca de tus circunstancias se crea una forma de salir de los diferentes desafíos de la vida, entonces es posible. Y si eres capaz de añadir acción a esas declaraciones, empezarás a sentirte mucho más confiado de que las superarás”.
Verás, la felicidad depende grandemente de cómo percibimos lo que nos rodea. No de lo que podría o no ocurrir más adelante; de hecho, ni siquiera de lo que pudimos haber hecho en el pasado.
Para Bishop, “las conversaciones internas que mantienes en tu mente no te definen; son tus acciones las que lo hacen”.
Por eso, y en esto concuerdo con Bishop, todos tenemos el poder para introducir cambios positivos en nuestra vida, sin importar las circunstancias. Cambios que te permitan disfrutar más de las cosas pequeñas que te rodean; cambios que te hagan darte cuenta de que un paseo con tu perro o una mañana lenta al lado de la persona que amas tienen el potencial para alegrarte la vida; cambios a través de los cuales puedas darte cuenta de que si te enfocas en una meta y trabajas duro por ella, no quiere decir que debas esperar hasta alcanzarla para ser feliz.
Haz una pausa.
Dedícale tiempo a lo que te apasiona.
Abraza a las personas que amas.
Detén un poco el ritmo acelerado que llevas.
Procura enfocarte más en lo que tienes enfrente, y menos en lo que pueda suceder más adelante.
Consejo de la semana
No agendes absolutamente nada por una tarde. No busques distraerte. Evita tener algo que hacer.
Crea un espacio contigo mismo en el que intentes responder las siguientes preguntas:
¿Qué me separa de los objetivos que quiero alcanzar? ¿Qué tendría que empezar a hacer hoy para acercarme poco a poco?
¿Qué situaciones o personas me llenan de felicidad?
¿En verdad soy consciente de que puedo ser feliz hoy, a pesar de que aun no he logrado mis metas?
¿Qué sería algo, cualquier cosa, que me apasione y que quizás he dejado olvidada por demasiado tiempo?
¿Qué cambios positivos o hábitos puedo introducir hoy que detengan el ritmo frenético con el que he vivido buena parte de mi vida?
Muchas gracias!
Me ha ayudado mucho, bendiciones