No busques felicidad, busca el sentido de lo que haces
Carpe Diem: persigue lo que te apasiona (aun si no tienes tiempo para ello)
¡Feliz martes!
Esta semana me topé con esa frase y no pude dejar de pensar en ella. “No busques felicidad; busca el sentido de lo que haces”. Y me llamó tanto la atención porque desde que tengo memoria he buscado ser feliz a toda costa.
Por ejemplo…
Recuerdo hace varios años haber tenido esta idea clara en mi cabeza de cuál es mi versión de la familia ideal: casa, esposa, tres hijas (sí, tres hijas), y un perro. ¿De dónde surgió esta imagen tan idealista? Hasta el día de hoy lo desconozco por completo, pero lo cierto es que allí estaba. Y por muchos años, seguí manteniendo esa misma visión acerca de la felicidad.
Sin embargo, más recientemente, empecé a preocuparme más por ser capaz de nunca dar por sentado lo que Dios y la vida me habían regalado. Dejé de centrarme tanto en lo que podía suceder en el futuro. Podían ser momentos junto a familia y amigos, podían ser mañanas lentas en compañía de mi esposa y una taza de café, podían ser viajes inesperados por carretera.
Mi visión acerca de lo que me brindaba felicidad cambió de repente y le di mayor importancia a disfrutar del presente.
Y aunque aun me faltan tres hijas por ver cumplido ese sueño, me he convertido en esta persona que ha tenido la fortuna de vivir muchísimas otras experiencias que han llenado mi corazón de felicidad.
¿Qué significa entonces buscar el sentido de lo que hacemos?
Buscar el sentido de lo que hacemos significa preguntarnos por qué.
Nada más que eso.
¿Por qué?
¿Por qué hago lo que hago?
¿Por qué me esfuerzo? ¿Por qué trabajo todos los días? ¿Por qué madrugo cada mañana?
Este tipo de preguntas nos lleva inevitablemente a cuestionarnos acerca de la dirección en la que conducimos nuestra vida, y nos empuja no tanto a perseguir las imágenes que cada uno tiene acerca de lo que significa ser feliz, sino a hallar el sentido detrás de cada una de ellas.
Así que es horrible intentar algo y fallar. Pero a veces es más horrible aun intentar la cosa equivocada y tener éxito en ello. Porque tener éxito en aquello que no nos llena es una maldición en sí misma.
Nat Eliason.
¿Qué es lo que te apasiona en el fondo de tu corazón? Más allá de las ideas que tengas en tu cabeza acerca de lo que significa ser feliz, ¿de qué forma anhelas vivir tu vida?
Cuando te haces estas preguntas, puede que te des cuenta de que la respuesta no era la que pensabas toda tu vida.
Y eso, a la final, es justo lo que necesitas.
En el libro Cómo Suprimir las Preocupaciones y Disfrutar de la Vida de Dale Carnegie, el autor da una pista sobre cómo empezar a descubrir el sentido de lo que hacemos:
Marco Aurelio, un famoso filósofo del Imperio Romano, dijo una vez que “nuestra vida es en lo que nuestros pensamientos la convierten”.
En otras palabras, el sentido lo otorgamos nosotros mismos gracias a esa conversación interna en la que descubrimos el por qué. Lo que Marco Aurelio quería decir era que la vida está relacionada más con lo que pensamos sobre lo que nos sucede, que sobre lo que nos sucede en sí.
Carnegie entrega el ejemplo perfecto de esto:
Había una vez un hombre de negocios que lo había perdido todo. Caminaba la calle sintiéndose como el fracaso más grande del mundo cuando se tropezó con un tipo que había perdido sus dos piernas. Desde ese instante, el hombre se dio cuenta de que tenía mucho más de lo que creía en un inicio. Siempre enumera tus bendiciones.
Detrás de las pérdidas y de los fracasos, y detrás de todo momento difícil en la vida, se esconden hechos que nos ayudan a encontrar el sentido de lo que sucede. El problema es que la mayoría de las veces no estamos dispuestos a prestar atención y, cuando algo llega a pasar más adelante, el sentimiento de tristeza reaparece como si se tratara de la primera vez.
Muchas personas no se toman el tiempo de escudriñar las diferentes circunstancias que rodean su vida. Por lo tanto, nunca descubren el sentido de esos acontecimientos.
Y por lo tanto, nunca efectúan cambios que los acerquen a lo que siempre han querido alcanzar.
Para Carnegie, esto sucede porque pasamos demasiado tiempo envueltos en el pasado y en el futuro. Para tener claro el camino por el que queremos conducir nuestra vida, es necesario enfocarnos en el presente.
Nada más importa.
Porque cuando nos centramos en lo que nos rodea es que podemos determinar por qué nos esforzamos tanto, por qué actuamos de cierta forma, y por qué tomamos las decisiones que tomamos.
Mirando un poco hacia mi mismo, sé cuál es mi por qué. Sin embargo, no podría afirmar que es sencillo. No lo es. Y creo que tampoco debería serlo.
Las cosas que de verdad valen la pena en la vida no llegan gratis.
No obstante, lo que me mantiene despierto es saber lo importante que es para mí. Y así mismo debería ser para ti.
Consejo de la semana
Entender que tenemos el control sobre nuestros pensamientos y, por ende, sobre todas nuestras preocupaciones, debería ser un momento de realización. Una vez te das cuenta de cómo puedes pasar tus pensamientos de negativos y llenos de preocupación a positivos, estarás un paso más cerca de construir un mejor futuro.
Dale Carnegie.
Piensa en los sucesos o situaciones más relevantes en tu vida en el último año e intenta identificar cuáles fueron las lecciones que aprendiste de cada una de ellas.
¿De qué forma lo que viviste cambió tu perspectiva de allí en adelante?
¿Qué buscas ahora para tu vida que antes quizás no le prestabas mucha atención?
Encuentra el por qué detrás de lo que haces cada día y enfócate en el presente.