Las cosas que oculto cuando hablo de cómo me siento a mis 35 años
Carpe Diem: Tips, hábitos y mindsets que te ayudarán a lograr más y a vivir una vida más plena, cuando cuentas con menos tiempo.
💬 Esta semana aprendí que hay motivos por los que suceden las cosas, aunque ahora mismo no sea posible para mí saberlo.
🤔 Hoy me pregunto por qué soy tan ciego en lo que se refiere a mis sentimientos, cuando en realidad deberían ser completamente evidentes para mí.
🎧 Canción de la semana: Love Me Tender de Elvis Presley.
¡Feliz lunes!
Este post puede sonar oscuro, pero no lo es. Puede parecer un reclamo a la vida, pero juro que tampoco. Puede dar la impresión de que lucho por hallar de nuevo mi camino… y bueno, ese sí aplica.
Confieso que nunca me ha costado ser sincero a través de lo que escribo, no tanto a través de las palabras dichas. No sé que tienen estas últimas. No sé si es que demuestran la inseguridad que siento cada vez que me enfrento a esos sentimientos que moran dentro de mi corazón, o porque me resulta difícil expresarlo de forma clara, pero me espanta, me congela, me cuesta.
Y me cuesta mucho…
Demasiado…
Recuerdo cuando tenía cuatro o cinco años. Mi papá, que por esas épocas tan remotas lucía su bigote característico, me dejaba subirme en sus piernas y maniobrar el volante del auto. Total irresponsabilidad o total sabiduría, no lo sé a decir verdad. Lo cierto es que esa imagen, dispuesta en un corto video mental de unos cinco segundos en los que me veo a mí mismo enfocando mi mirada a través del vidrio delantero mientras mi padre controlaba el freno y la palanca de cambios, ha permanecido conmigo hasta el día de hoy.
Tengo otros recuerdos como ese. Recuerdos que han llegado a definir gran parte de quién soy y de los sueños que me acompañan. Recuerdos como la ocasión en la que, teniendo tal vez doce años, lancé piedras a la parte trasera del edificio en el que vivía, ignorando que estas piedras estaban destrozando el tejado de la iglesia que se encontraba allí (ya te imaginarás el tamaño del regaño y del castigo); o el recuerdo de mi primer beso en un parqueadero (sí, en un parqueadero), percibiendo a todos mis amigos alrededor mirando a cierta distancia.
La imagen del primer CD de música que compré con mis ahorros; de las mañanas de vacaciones en el colegio en las que me levantaba temprano para jugar videojuegos en el cuarto de mi madre (era el que tenía el televisor más grande); de esas tardes de antaño que pasaba con mi abuela jugando al dominó (en el que nadie se atrevía a contar los números); y de todos esos flashbacks de mi niñez que se pasean demasiado pero demasiado rápido, como una película vieja, en mi cabeza.
¿Por qué todos estos recuerdos? ¿Por qué aparecen en este momento?
Esta semana me hacía estas preguntas porque noté que pasaba un tiempo considerable acostado sobre la cama, trayendo de vuelta todo lo que mi mente pudiera encontrar que había vivido. La razón creo que aun no la he descubierto, aunque poco importa… a veces el único propósito de recordar es justamente ese: sonreír al pensar en momentos felices.
Pero si bien aun no la he descubierto, sí cuento con una pista: siempre tuve una idea muy distinta de cómo estaría a mis 35 años de vida.
El cómo varía.
Unas veces pienso que ya para esta edad, mi hijo(a) ya tendría unos cinco años; que mi casa con vista al mar ya fuese una realidad; que mi esposa y yo estuviéramos disfrutando de caminatas lentas sobre la playa contemplando el naranja del cielo y sintiendo cómo la brisa tambalea nuestros cuerpos; que no habría forma alguna de que me preocupara por horarios y que la mayor parte de mi tiempo se lo dedicara a mi familia. Pero eso es lo que pasa: en lo que se refiere a los sueños más profundos de mi corazón, aun los veo teñidos de gris, no llenos de color.
Y confieso que me aterra. No existe otra manera de decirlo.
Me aterra profundamente la posibilidad de haber soñado tanto para que se hayan quedado en eso, en sueños rotos. Me aterra la idea de verme con las manos vacías a pesar de que considero que he hecho todo lo humanamente posible por actuar de una manera correcta (no siempre lográndolo por supuesto). Es ese miedo a ver al costado y sentirme tan lejos de mis sueños, lo que está tan presente en mí, pero también de lo que más me cuesta hablar.
Algunas veces, las palabras más significativas son las que nunca se dicen.
Por eso tal vez cierro la boca y me permito fluir con lo que traiga cada día; por eso disfruto tanto del silencio de la noche y de la quietud de las mañanas; por eso he aprendido a apreciar tanto las cosas pequeñas, los instantes cotidianos, la simpleza implícita en los minutos y en las horas.
Por eso…
Porque a pesar de mis miedos, sé que soy feliz con lo que vivo cada día.
Y ese andar, en ese vaivén, en ese ir y venir, descubrí esta frase que resume a la perfección este momento de mi vida:
“Me siento no de otra manera que como roca en un mar agitado, a la que las olas no cesan de golpear por cualquier lado que se muevan. Pero, ni por eso la mueven un punto de su lugar, ni por ello queda desgastada a pesar de tantos siglos de continuos embates”.
Séneca, Sobre la felicidad y la brevedad de la vida.
Puede que tenga miedo, sí. Pero no por eso dejaré de intentarlo.
Puede que hoy me encuentre unos pasos detrás de la línea de meta que yo mismo me tracé, pero no quiere decir que no vaya a seguir corriendo.
Puede que algunos días sean más difíciles que otros, pero no quiere decir que no le halle una pizca de felicidad a cada uno.
Puede que en ciertos aspectos me sienta perdido, pero no quiere decir que sea imposible seguir el norte de nuevo.
Y en conclusión, puede que hoy por hoy no tenga muy claro cómo llamarle a este periodo de mi vida. Pero no quiere decir que más adelante, cuando eche un vistazo atrás, descubra que realmente no podría haber sido de otra forma.
Porque los puntos se conectan en retrospectiva, aun cuando quizás luches para encontrarles el sentido.
✌🏻 Antes de que te vayas…
Hace un par de semanas, te conté cómo refiriendo Carpe Diem a tu familia y amigos, puede ayudarte a recibir algo en cambio.
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Este es el post en donde te doy más detalles: