¡Feliz martes!
Esta es la primera vez que comparto mi publicación en este día de la semana, pero siento que no tuve otra opción.
Los últimos días han sido verdaderamente locos.
En primer lugar, si bien mi esposa y yo nos terminamos de mudar, aun nos hacía falta recibir un par de muebles y arreglar unos últimos detalles. El sábado por ejemplo, todo se juntó. Trajeron los muebles al mismo tiempo que teníamos ya a alguien dentro del apartamento completando una instalación que estaba pendiente.
Nada iba en ningún sitio. Ojalá hubiera tomado una foto.
En segundo lugar, cumplía el papá de mi esposa, quedé en encontrarme con unos amigos y debíamos comprar unas cosas para el apartamento. Todo eso en dos días.
Quizás pueda parecer mucho, pero cuando tienes poco tiempo en la semana para dedicarle a algo distinto al trabajo, los escasos espacios que se aparezcan importan muchísimo.

A veces no es fácil atajar todo de una vez.
Fue así como hoy me levanté con esta cita en la cabeza:
Vivir feliz no se trata acerca de interesarse por todo. Se trata de interesarse por las cosas que realmente importan.
Mark Manson.
Y me pareció curioso por una razón.
Mucho de lo que ronda en mi cabeza cuando despierto son letras de canciones que tenía años sin escuchar o situaciones que he vivido que no guardan ningún tipo de conexión con lo que estoy pasando actualmente (en una ocasión, abrí los ojos con la imagen clara de que literalmente volaba por encima de los techos de unas casas cualquiera en un barrio cualquiera al pie de una carretera cualquiera). Así de inverosímiles son mis sueños y las ideas con las que me levanto.
Recuerdo la expresión de mi esposa al contarle. Me miró, entrecerró los ojos e hizo un gesto con la boca que descifré perfectamente. Decía, “ve a molestar a otro lado con tus estúpidos sueños”.
(Tiene suerte de que deje pasar esas respuestas más porque se me olvida todo).
Pero pensando un poco en ello, me di cuenta de por qué se me vino esa frase a la cabeza.
Había pasado un fin de semana totalmente lleno de pequeñas cosas por hacer y recuerdo que de hecho llegué a sentirme agotado. Miraba a mi esposa y sabía que lo estaba. No obstante, inmediatamente después supe algo.
Habíamos estado enfocados en aspectos de nuestra vida que nos hacían felices.
Los muebles llegaron sí y nos desordenaron toda la casa también, pero eso sólo significaba que construíamos un hogar juntos. El papá de mi esposa cumplía, pero más allá de un compromiso, en realidad disfruté mucho de un almuerzo sobre una terraza de madera con vista al mar, en compañía de su lado de la familia (las anécdotas sobre mi cuñado que, como afirma mi esposa, “no se le pierde la cabeza porque la tiene pegada al cuerpo”, son para reírse todo el día). Y finalmente, encontrarme con mis amigos es una de las cosas que más disfruto hacer en este momento de mi vida.
Así que comprendí que estaba viendo todo de una forma equivocada.
La vida siempre va a arrojarte situaciones. Depende de ti de cómo las veas y de cómo les sacas el máximo provecho a ellas.
El único camino para ser mejores cada día es darnos cuenta de que somos los únicos responsables de todo lo que sucede en nuestras vidas, sin importar las circunstancias o de quién sea la culpa. La responsabilidad siempre es nuestra porque somos los que decidimos qué hacemos con esas circunstancias.
Mark Manson.
Por eso, cuando se te venga todo encima, intenta visualizarlo desde un punto de vista más general.
¿Qué pretendo lograr con esto que estoy a punto de hacer? ¿Qué cosas, así sean pequeñas, puedo sacar de esta situación que me otorguen cierto grado de satisfacción o de felicidad?
Si no le hallas el sentido o si no es algo que sientes te conduce hacia algún lado, quizás tengas que introducir cambios en tu vida que te permitan disfrutar más de lo que haces regularmente.
Tómate el tiempo de descubrir cuáles serían esas cosas.
Muchas veces lo único que se necesita es que las miremos más de cerca.