¿Cómo alcanzar lo que te propongas en el nuevo año?
Carpe Diem: un rincón en el mundo en el que te recuerdo por qué vivir en el presente es la mejor forma de ser feliz.
¡Feliz lunes!
Hoy es el último post del año y como tal, quiero aprovechar para desearles a todos lo mejor en el nuevo año que empieza 🙏🏻.
Los mejores deseos para ti y tu familia 😊.
La semana pasada, a pesar de todo lo que viene sucediendo en mi vida personal, mi corazón se arrugó. Y se arrugó porque me di cuenta de que esta época del año puede ser lo más inocente y pura como nosotros se lo permitamos.
Era 24 de diciembre. Tal vez las cinco o seis de la tarde, o un poco más temprano. Mi familia de siempre - me refiero a mis tías y primos, mi mamá y mi hermana - ocupamos un asiento alrededor de un árbol de navidad en una sala iluminada por un proyector que hacía las veces de televisor y unas luces tenues amarillas. Todos tenían una sonrisa de oreja a oreja que no sé si era más por la champaña que veníamos tomando o por la ocasión en sí. Una de mis tías interrumpe las conversaciones que venían sucediendo en voz baja y grita “¡hora de entregar los regalos!”. Mi hermana dice “que lo haga Luis Mario” y señaló en mi dirección.
Inicialmente yo no quería. Y no quería debido a una vergüenza tonta que al final terminé superando como por arte de magia, así que me puse en pie y, antes de ir entregando los regalos, exclamaba con voz gruesa y fingida “Jo jo jo, feliz navidad”, acto seguido nombraba quién entregaba el regalo y quién lo recibía. Las dos personas se acercaban una a la otra, se abrazaban e intercambiaban un par de gracias y unos de nada.
Así transcurrió nuestra pequeña ceremonia.
Y me puse a pensar en lo valioso de ese momento. Es decir, ese viene siendo una tradición familiar desde que tengo memoria. Recuerdo vagamente a mi familia entera reunidos en casa de mi abuela, todos con algún tipo de bebida en la mano, vistiendo camisas o jeans nuevos, aguardando el instante en el que dijeran nuestro nombre y que, por cuestiones del azar y de la vida, el mejor regalo estuviera dirigido a nosotros.
“¡Que lo abra! ¡Que lo abra!”, un coro que por alguna razón siempre cuenta con un ritmo particular, y que no se callaba a menos de que en efecto se abriera el regalo enfrente de la multitud.
Me di cuenta de que odiaría matar esa tradición, y de que aun se pueden compartir hermosos momentos junto a personas que, de una forma o de otra, siempre han estado presentes en tu vida.
Me di cuenta, en consecuencia, de que sería capaz de mantener dicha tradición viva a través de mí y de mis propios hijos.
Había una calidez, una sensación de pureza y de genuina felicidad, una ligera alegría por estar allí ocupando un lugar privilegiado, y una total despreocupación por lo que pudiera estar sucediendo en cualquier otra parte. Esa hora aproximadamente, ese espacio en el que un Papá Noel que ni siquiera estaba vestido como tal, anunciaba la entrega de regalos ante una audiencia que me gusta pensar que pasaban un buen rato y se divertían, se quedará en mi memoria para siempre.

Esta historia me conduce al tema principal de este artículo, porque anécdotas como estas se deberían convertir en pilares de nuestra vida.
Ciertamente lo es de la mía.
¿Cómo nos aseguramos entonces de alcanzar nuestros propósitos para el nuevo año?
Teniendo claro qué es lo importante en nuestra vida
El objetivo es construir una vida de la cual no necesitemos escapar, donde la paz no sea algo que persigues sino algo que vives cada día.
Para mí, se podría resumir en las siguientes cosas:
Esforzarme diariamente por mis sueños y metas
Pasar tiempo de calidad con las personas que amo
Abrirme a vivir experiencias nuevas
Mantenerme en un estado de aprendizaje constante
No hablo de cosas materiales, porque nada de eso importa en realidad. La paz y la tranquilidad no provienen de carros, apartamentos o dinero; la paz y la tranquilidad provienen de ser conscientes de que somos afortunados por estar rodeados de lo que tenemos en estos momentos.
Así que tómate el tiempo que consideres necesario para determinar qué es aquello que consideras indispensable en tu vida y de qué forma deseas invertir tu tiempo cada día. Lo más crucial de hacer este ejercicio es identificar qué es lo que te impulsa y te motiva para seguir adelante, aun cuando las circunstancias tomen un giro inesperado.
Crea un sistema que te permita ser consistente
Muchos fallan en conseguir lo que quieren porque creen que la motivación es suficiente. Y esto no es cierto. La motivación flaquea tantas veces como las ocasiones en las que ponemos un pie fuera de la cama y sentimos que no tenemos muchas ganas de hacer cualquier cosa.
Sencillamente no surge con la misma intensidad. Y esto es un problema.
El autor Brian Tracy escribió un libro maravilloso llamado No Excuses (el cual he citado en varios de mis artículos), en el que detalla todas las razones por las que las definiciones de felicidad y de éxito se encuentran en el proceso que cada persona sigue, y no necesariamente en los resultados. No podría nunca hacer una lista completa de todos los instantes en mi vida en los que he relacionado el hecho de ser feliz al acto de poder alcanzar una meta. Es como si mi mente se transportara a algún punto en el futuro en el que ya tuviera lo que tanto he querido y sólo de esa forma pudiera percibir alguna sensación de satisfacción.
Sin embargo, la felicidad está en lo que hacemos cada día, no en el resultado en sí.
Y si bien la visualización funciona, como lo explican los autores Trevor Moawad & Andy Staples, también debemos ser conscientes de que sin un sistema claro que permita rendir cuentas y estar al tanto de nuestros propios avances, muy difícilmente alcanzaremos lo que nos hemos propuesto.
Toma decisiones teniendo tus metas claras en la cabeza. ¿Esta decisión tiene la capacidad de acercarme a mis objetivos? Es la pregunta que debes contestar.
Brian Tracy, No Excuses.
Una perspectiva que he asimilado es, además de los objetivos que trazo para el año (para lo cual me como las 12 uvas antes o después de las doce del 31), contar con tres puntos de referencia adicionales, de la siguiente manera:
Diseño metas a cumplir cada tres meses - ¿qué es lo que quiero alcanzar en los siguientes 90 días?
Hago una revisión semanal - ¿qué avances he hecho? ¿Qué obstáculos enfrenté? ¿Cómo los superé?
Priorizo cada mañana - ¿cuáles son mis prioridades para hoy? ¿Cuál es la cosa más importante que debo llevar a cabo hoy?
Entre más consistente sea llevando a cabo lo anterior, más consciente me vuelvo de las oportunidades que tengo que resolver para poder dar pasos más certeros en la dirección correcta.
Determino el por qué
Si el por qué es poderoso, el cómo se vuelve sencillo.
Jim Rohn.
Un cambio drástico, ejercitarse, leer más, practicar un deporte, aprender una nueva habilidad o un nuevo idioma, cerrar un capítulo, hacer un viaje, no importa lo que sea que quieras llevar a cabo este año, absolutamente todo inicia con el saber por qué lo deseas tanto.
El combustible que se genera de conocer la respuesta se convierte en el catalizador que te dará el impulso, que te sacará de la zona de comfort y que te mantendrá a flote cuando las circunstancias de la vida hagan su aparición.
No traces objetivos porque el resto lo hace.
De hecho, cualquier meta que quieras cumplir es inútil si no es seguida de acciones concretas que puedas medir.
Y allí fallamos la mayoría de personas sobre el planeta tierra. Porque no es el número de objetivos que tengas lo que aumenta tus posibilidades de éxito, es que des pasos claros en lo que de verdad importa para ti.
Después de todo, son las decisiones las que te impulsan en una dirección, no la cantidad de cosas que hagas.
Lo que aprendí esta semana
Luego de días intentándolo, Benji mi Golden Retriever, por fin aprendió a dar la pata.
Con algunas personas pasa que pueden pasar años sin sentarse a mantener una conversación y, cuando sucede, se siente como si no hubiera transcurrido uno solo.
Disfruto mucho hacer de Papá Noel, por mucho que me esfuerce en ocultarlo.
Siento un enorme orgullo al darme cuenta de que Carpe Diem alcanzó los 100 suscriptores 😊😊. Gracias enormes a todos los que me leyeron.
Que el 2025 sea un año que recuerdes por siempre.
Canción de la semana: Cold Desert - Kings of Leon.