5 claves para priorizar lo que es importante para ti
Artículos, blogs y notas con una sola premisa: impulsarte a llegar a tu mejor versión.
¿Cuántos de nosotros hemos creado una lista de tareas super importante para luego no finalizar ni una de ellas? ¿Cuántos creamos recordatorios para luego posponerlos indefinidamente?
A mí me pasaba todo el tiempo.
La consecuencia natural de posponer y de posponer es que en realidad no finalizamos nada de lo que iniciamos. Lo cual conlleva a un sentimiento de que no avancé en nada y de que resulta muy sencillo aplazar las cosas. Y esto último es peligroso.
No podría empezar a enumerar las ocasiones en las que he colocado trabajar en mi novela como recordatorio diario en un administrador de tareas y he fallado en el intento. Es decir, me he vuelto un experto en asignar la tarea y determinar la recurrencia, pero cuando se trata de apegarme a ese compromiso implícito, soy pésimo.
¿A cuántos nos ha pasado eso?
Y si trasladamos eso a otras esferas de nuestra vida, es probable que suceda lo mismo. Me he dado cuenta de que el problema no es el administrador de tareas o los recordatorios que nos colocamos. El problema somos tu y yo. O más bien, el tiempo que creemos que tenemos disponible (o no) para llevar a cabo lo que tenemos que hacer.
A raíz de muchos intentos (fallidos), encontré que la mejor forma de evitar vernos sumergidos en un mar profundo de tareas sin terminar, es la de priorizar eficientemente.
Estas son las 5 claves que te ayudarán a priorizar todo lo que guarde especial valor para ti:
Sé realista
Uno de los problemas principales que nosotros mismos causamos es el de colocar las tareas para espacios en los que sabemos de antemano va a ser muy difícil que ocurran. Para contrarrestar esto, observa tu agenda en la semana y separa bloques del día en los que sabes vas a estar disponible. Puede que no sea todos los días y está bien. Lo importante es que una vez lo agendes te asegures de cumplir con todo lo que te propusiste.
Ayuda mucho a ver semana a semana. De esa forma tendrás en cuenta tu trabajo y demás obligaciones al momento de delinear los espacios.
Ser realista con tu tiempo va a permitirte no ser tan duro contigo mismo cuando los compromisos o imprevistos se asomen a tu puerta, y te impidan avanzar en el grado que esperabas.
Prepárate para los imprevistos
Como regla principal, no programes tareas una tras de otra en espacios ininterrumpidos de tiempo.
El principal error que todos cometemos en algún momento es creer que para ser más productivos hay que trabajar y trabajar sin poder disfrutar de ningún tipo de descanso.
Ten en cuenta que es probable que te puedas tardar más de lo esperado o que no hayas podido iniciar a la hora estipulada (lo cual extiende por ende a qué hora finalizarías). Por tal razón, deja minutos entre tareas (con un mínimo de 5), lo cual también te servirá para tomar un respiro y enfocarte de nuevo en lo que tienes que hacer.
La técnica Pomodoro es de las más utilizadas en este aspecto.
Determina el nivel de importancia
¿Qué tan importante es la tarea que estoy a punto de hacer? ¿Cómo se compara esta tarea con el resto que tengo para la semana? ¿Cuál es la consecuencia de no realizarla?
La respuesta a estas preguntas ayuda a determinar qué tareas debes realizar primero (mientras tu concentración e impulso se encuentran al tope) y qué tareas dejar para un poco después (las cuales podrían requerir menos enfoque de tu parte).
Priorizar significa también acomodar las tareas de mayor exigencia para instantes en el que la motivación y la energía estén al máximo, de manera que aumentes las probabilidades de que las completes en su totalidad. Y ello requiere que lleves a cabo un ejercicio de autoconocimiento con el fin de que puedas determinarlo.
La ley de Pareto ha sido ampliamente utilizada (y adaptada) en este aspecto.
Establece pequeñas reglas (y penitencias)
Establece pequeñas reglas para ti mismo.
Si pospongo esto, tendré que hacer aquello.
Algo que me funcionaba a mí era que si aplazaba hacer algo un día que tenía agendado desde bien temprano, me obligaba a no hacer algo que me gustaba al finalizar la jornada. De esa forma, activaba el sistema de recompensa de mi cerebro porque sabía que si cumplía con lo que tenía que hacer, tendría tiempo para ver una película o para comer algo que disfrutaba.
El objetivo aquí es darte el reconocimiento que te mereces por ser consistente, de manera que aumentes las posibilidades de que te mantengas así con el paso del tiempo.
Entiende el por qué
Algo que sucede muy a menudo es que no nos preguntamos cuál es la razón de hacer esto o aquello. Pasa seguido sobre todo cuando se nos asignan tareas a nosotros. Para evitar esto, pregúntate ¿por qué debo realizar esta tarea? ¿Cuál es el impacto de no hacerla? ¿En qué afecta dejarla para después? ¿Cómo me beneficia llevar a cabo esto? Y así sucesivamente.
A veces, exteriorizar nuestros pensamientos nos ayuda a caer en cuenta de las cosas, así lo hagamos en compañía de nosotros mismos.
La verdad es que no existe un sistema de priorización perfecto. Y no existe porque todos requieren un esfuerzo de nuestra parte. Es decir, si no somos disciplinados en seguir la agenda que nosotros mismos creamos, no llegaremos ningún lado.
Por eso, determina primero qué tan importante es para ti lo que deseas alcanzar al final del día. Cuando algo es importante, siempre buscarás la manera de llevarlo a cabo.
Estás leyendo uno de los artículos que dio origen a Carpe Diem. El propósito de este newsletter es y seguirá siendo recordarte por qué vivir en el presente es la mejor manera de ser feliz.
Te invito a escuchar el episodio más reciente de mi podcast 🎧- Escribiendo el Momento ✍🏻 - Los momentos difíciles y más sobre El Poder del Ahora.
Si cuentas con menos de 10 minutos de tu día, te invito a escucharlo.
Totalmente ciertos cada uno de los consejos, analizar y priorizar lo realmente importante, sistema de recompensas....Gracias ✨